La noticia del accidente del helicóptero Super Puma HD-21 del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR), ya es por todos conocida, así que nosotros queremos centrarnos en la figura del Capitán de la aeronave accidentada en aguas canarias, Daniel Peña Valiño, tal y como se recoge en la edición del viernes de La Voz de Galicia.

Daniel Peña Valiño, de 36 años, era el capitán del helicóptero que en la noche del miércoles se estrelló en aguas canarias, y su cuerpo aún no fue rescatado del mar. Aunque nació en Victoria, porque allí se encontraba destinado su padre, también militar, Daniel volvió a A Coruña a vivir. Siempre quiso ser militar, cuenta alguno de sus amigos.

Daniel realizó sus estudios en la base de Ronda, en Málaga. Finalizada su preparación, fue destinado a Madrid, y participó en varias misiones de paz que el Ejército español realizó en Afganistan. Durante su etapa en la capital de España, el militar coruñés pilotó el helicóptero en el que se desplazaba el príncipe Felipe.

Continuó viviendo en Madrid hasta hace algo más de un año, cuando fue destinado a la base aérea de Gando, en la isla de Gran Canaria. En un fatídico vuelo de instrucción, de rescate en el mar, perdió la vida, en unas operaciones que dominaba a la perfección, no solamente como entreno sino como intervenciones reales.

El experto piloto coruñes (más de 1.700 horas de vuelo) era un auténtico atleta, ya que le gustaba practicar cualquier tipo de deporte, asumir cualquier reto que significase un plus más de esfuerzo. De hecho, Daniel Peña Valiño, tenía previsto volver A Coruña para participar en el Hércules XTRM, un triatlón de media distancia que se celebrará el día 24, y en el que tendría que nadar 1.900 metros por aguas del mar en Riazor, pedalear en su bicicleta durante 90 kilómetros y correr por las calles de la ciudad 21 kilómetros.

Fuentes militares reconocen que hay muy pocas esperanzas de lograr encontrar con vida a alguno de los cuatro tripulantes desaparecidos una vez transcurridas 24 horas del suceso.