El pasado mes de agosto nuestro vicepresidente visitó el Museo de Miniaturas Militares de la Ciudadela de Jaca (Huesca), y realizó un pequeño trabajo de documentación y fotografía para que todos pudiéramos verlo, y quedar así con un bonito recuerdo de su visita.
Según nos comenta, el museo que está formado básicamente a partir de la colección de D. Carlos Royo Villanova, es único en su género en España y reúne más de 32.000 piezas, la mayor parte de ellas realizadas en plomo y montadas en 23 llamativos dioramas que recorren la Historia Militar de todos los tiempos.
Para no alargar demasiado esta entrada, tan solo nos vamos a centrar en cinco de ellos que están relacionados con la aviación.
I GUERRA MUNDIAL
El reparto de Europa y las tensiones coloniales entre las grandes potencias, desencadenó en 1914 el inicio de la I Guerra Mundial. Durante cuatro años lucharon ejércitos de millones de hombres, y los combates llegaron a los confines del mundo, con unas dimensiones nunca conocidas. Las armas automáticas, como las ametralladoras, eran capaces de detener el avance de la infantería, por muy numerosa que fuera, y las tropas se vieron obligadas a buscar refugio en las trincheras defendidas por alambradas. Los movimientos se paralizaron y se desarrolló una guerra de desgaste, apoyada por bombardeos masivos de artillería y de la incipiente aviación militar. Además surgieron nuevas armas, como los gases venenosos, y los carros de combate motorizados, que sustituiría a las tropas a caballo.
LA AVIACIÓN DE ENTRE GUERRAS
Al final de la primera guerra mundial la aviación militar todavía seguía sometida al apoyo de las operaciones terrestres. Pero en las décadas 1929 y 1930 el crecimiento de la industria aeronáutica permitió el desarrollo de unas fuerzas aéreas cada vez más independientes.
Los avances técnicos se aceleraron: los aviones alcanzaron mayor velocidad, seguridad y autonomía, cruzándose continentes y océanos. El bombardeo aéreo supuso un cambio radical en el concepto de la guerra.
Hasta entonces la violencia de los combates llegaba a la retaguardia de una manera indirecta, pero con el desarrollo de la aviación los centros industriales, las vías de comunicación y los núcleos urbanos alejados del frente se convirtieron en potenciales objetivos.
LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
La España de los años 30 no estuvo ajena a los conflictos políticos y sociales del momento, lo que desembocó en una cruel guerra civil que duró tres años.
Algunas de las diversas unidades que participaron en este triste episodio se reflejan en esta sala. Una gran parada militar, iniciada por la Guardia del Presidente de la República muestra la diversidad del ejército. Dos dioramas: un aeródromo y un tren militar blindado completan la parte dedicada a la República.
Las tropas nacionales reúnen en un desfile ejército regular, milicias de Falange y Requeté, y tropas extranjeras, como la Legión Cóndor alemana y el CTV italiano.
LA II GUERRA MUNDIAL
Las tensiones internacionales y los enfrentamientos ideológicos culminaron con el estallido de la II Guerra Mundial.
El mando alemán confió su estrategia en el poder los nuevos medios acorazados: los carros de combate, seguido por infantería motorizada en vehículos blindados. En las invasiones de Polonia, Francia y Rusia, el ejército alemán optó por una guerra relámpago, de penetración fulminante, dejando bolsas que iba eliminando paulatinamente con el apoyo de la aviación.
La coordinación de fuerzas de tierra, mar y aire se hizo cada vez más imprescindible, y así se demostró en grandes operaciones, como el desembarco aliado en Normandía.
Otras nuevas formas de combate fueron el empleo de tropas aerotransportadas y la guerra submarina.
EL EJÉRCITO ESPAÑOL EN LOS AÑOS 70
Durante más de 230 años estuvo vigente en España el servicio militar obligatorio, la conocida como mili. Toda la población masculina era alistada, tallada y sorteada, constituyendo las denominadas quintas.
Durante los años 70, en los Centros de Instrucción y Reclutamiento (CIR), se impartían las primeras normas de enseñanza, disciplina y vida militar a los reclutas. Tras esta formación castrense tenía lugar el solemne acto de la Jura de Bandera, y los soldados eran enviados a sus destinos correspondientes.
El servicio militar obligatorio se suprimió en el año 2000. La maqueta recuerda diversas unidades del ejército español de la década de los 70, encuadradas en un vistoso desfile.
Nuestro consejo, para los que vayáis a disfrutar de la nieve esta temporada por el Pirineo Aragonés, es visitar este fantástico y desconocido museo, cuyo paciente y meritorio trabajo de los miniaturistas ha sido coordinado por el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Jaca, a través del Patronato del Castillo de San Pedro.